viernes, mayo 14, 2010

Encuentros conmigo mismo

Y pasan los días y mi vida ha cambiado.

Ahora, con un poco de ayuda, voy saliendo de todas las cosas en las que me había metido hace ya unos años, y no hablo de ninguna enfermedad larga. Estoy poniendo en su sitio sentimientos propios, personales, que se refieren única y exclusivamente a mí.

¡Ya está bien de preocuparse tanto por los demás antes que por uno mismo!

No encuentro en nada de lo que hago estos días, cosas que no me beneficien. Todo vendrá dado, seguramente, por algún tipo de pensamiento positivo o qué sé yo. Quizás simplemente la vida se dignó en un momento dado a devolverme la sonrisa y ahora no me la retira.

Yo le he retirado el saludo a unos cuantos y me he quedado más ancho que largo. ¡Qué manía con cargarme de lastres! Y es que uno a veces, débil de voluntad, piensa que puede llevarse bien con todo el mundo, que todas las personas nos pueden aportar algún sentimiento gratificante... error, craso error. Es cierto que todo el mundo puede enseñarnos algo, de todos podemos aprender pero ¡ah infeliz! ¡ni se te ocurra pensar que todo es bueno! ¿acaso no aprendiste de la primera traición? Pues sigue el hilo a ver dónde te lleva.

Yo ahora me considero en un punto positivo. No tengo cerca nadie que, por activa o por pasiva, me haga sentir mal, si no al contrario, todos los congéneres que se encuentran en las inmediaciones de mi vida me traen alegrías y risas, buenos momentos y conversaciones inolvidables.

Piensas que me equivoco, seguro.

¿Tengo que optar por una visión más negativa? ¿más dura? Por favor, ese camino ya lo he recorrido y vengo de vuelta.

Me gusta donde estoy.

5 comentarios:

  1. "¡Ya está bien de preocuparse tanto por los demás antes que por uno mismo!"

    ocupémonos o relajémonos, pero no nos PREocupemos.

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  2. secundo la moción... o la primero? o la tercero? me estoy haciendo un lío. ;)

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  3. la Vane y los números, parte 388234

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  4. Sólo agua, una manzana, unas zapatillas, una toalla y un libro en la mochila. Nada de cuchillos, ni de pastillas, ni de globos llenos de agua.

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