miércoles, marzo 31, 2010

Vacaciones

Y durante unos días me despido de vosotros. Esta noche, a eso de las nueve, empiezan oficialmente las vacaciones de Vane, y pasado mañana parto con ella para Londres donde pasaremos una semana, así que, contando que no volvemos hasta el día 9 y que posiblemente el 10 tengamos algo de resaca de la experiencia... no contéis con que actualice hasta el 11 o el 12.

En la capital del Reino Unido tenemos planeado visitar todos los museos y galerías posibles, desde el Tate Modern hasta la National Gallery pasando por el V&A, el British Museum, el Tate Britain, el museo de la RAF, la catedral de San Pablo, la abadía de Westminster, la Torre de Londres y el Puente, el obligadísimo Big Ben y, el miércoles de viaje a Salisbury para admirar el mítico Stonehenge.

Sé que van a ser unas vacaciones tremendas, pero serán también unas vacaciones sin conexión y aunque el hostal donde nos hospedamos tiene wi-fi hemos optado por dejar el portátil en casa.

Así que nada más que añadir. Cuando vuelva os espero aquí como siempre. Yo traeré nuevas historias, nuevas fotos y espero que vosotros también tengáis mucho que contarme.

martes, marzo 30, 2010

Sucedáneos


No importa lo que haga. Tu ausencia se sienta en el sofá, me mira constantemente. Me levanto y doy vueltas por la habitación, simulando estar ocupado, para ver si se distrae, si otra cosa llama su atención. No hay manera.
 
La puedo tocar.
 
Pero a ti no.

viernes, marzo 26, 2010

Miénteme

Si tuviera que elegir entre las decenas de series de investigación que hay actualmente me decantaría, sin lugar a dudas, por Lie to me.

Ya extinta tras dos temporadas la serie, con Tim Roth como protagonista, trata de una empresa, Lightman Group (apellido del susodicho) en la que se dedican a discernir las mentiras.

¿Cómo lo hacen? Te estarás preguntando. Pues bien, Cal Lightman (Tim Roth) es un experto en kinésica, el estudio de los gestos y el lenguaje no verbal. A través de estos conocimientos Cal es capaz de ver, con total claridad, el estado anímico de una persona, si miente, si siente ira, rabia, decepción, miedo... y, como él mismo dice, no le interesa tanto el sentimiento como qué es lo que lo produce.

En casa vemos cada capítulo atentos a cada movimiento, cada gesto, cada mirada. Y no es para menos. La kinésica, y más concretamente el estudio de las emociones y su reflejo en nuestros rostros, ha sido el eje central de la carrera del famoso psicólogo Paul Ekman, en el cual parece ser que se basaron para la creación del personaje central. Ekman ha estudiado la relación entre las emociones y los rasgos faciales y de hecho está trabajando en un detector de mentiras que usaría estas teorías.


Para mí todo esto tiene mucho que ver con la necesidad que tiene el ser humano de confiar en los demás, de saber que no será traicionado. Cuestión de supervivencia, si lo queréis ver así, aunque una supervivencia social en todo caso.

Desde aquí os recomiendo que busquéis la serie. Creo que la podéis encontrar tanto en el original anglosajón como una versión doblada.

Os va a gustar.

Sinceramente.

¿O es que acaso pensáis que estoy mientiendo?

miércoles, marzo 24, 2010

Esto no puede seguir así

He tomado una decisión. Voy a retirar la publicación del blog a través de las notas de Facebook.

Os explico. Tengo algo más de doscientos amigos en la afamada red social y no todos ellos desean estar al tanto de lo que publico. Muchos de ellos (unos treinta) se han suscrito ya vía Networked Blogs, una aplicación de Facebook a través de la cual sí distribuyo activamente las publicaciones. Esto separaría a mis lectores en tres categorías:
  • Los que me leen entrando al propio blog.
  • Los que leen mis entradas a través de Networked Blogs.
  • Los que no ven en su muro mis publicaciones sin desearlo puesto que son amigos míos y mis notas se publican de forma abierta.
Como véis los lectores en las dos primeras han tomado una participación activa, los últimos no. Además este blog siempre ha querido ser un punto de encuentro y que unos comentarios aparezcan aquí y otros no lo dificulta, si no lo imposibilita.

Si eres de los que me lees por comodidad a través de las notas porque no tenías ni idea qué era eso del Networked me lo dices y te envío un invitación, aunque he de admitir que me gustaría aún más si tomaras la costumbre de pasarte por aquí o incluso ponerme entre tus feeds.

Mañana os cuento como me ha ido en mi primer contacto con la lengua valenciana.

Tremo, tremis, tremere, tremui, tremtum

He borrado todas las conversaciones que recordaba.

Espero que ayude.

martes, marzo 23, 2010

Soy tan estúpido

que buceo entre memorias
que no quiero leer
que no forman parte de mí
que me engañan
que me hacen daño
que me alejan de ti

que no me dejan quererte
que no entendí en su momento
que debería olvidar...

Divagaciones, ensoñaciones y otras imperfecciones de mi mente

Hay días como hoy en los que me levanto pensando. Sí, ya sé que no es lo más sano, mi propia experiencia me ha hecho ver que pensar demasiado es malo y que se tarda más en afeitar a un wookie que en solucionar un cubo de rubik.

La cosa es que soy una de esas personas que piensan mucho, ni mal ni bien, mucho. Entre otros defectos, acompaño la mala costumbre de pensar con la de hablar, así que acabo comentando en voz alta con las personas pertinentes qué es lo que tengo en mente, por muy disparatado que sea. O no. A veces me callo, no digo nada y sigo rumiando, con la tranquilidad de un cordero lechal que no sabe que su destino se escribe en lonchas en un lugar llamado Carrefour.

Si hay algo que me acude con frecuencia a mi mente cuando pienso es la gente. En particular las personas que me rodean, y cuanto más cerca están más pienso en ellas. Es fácil imaginárselo, estoy en una relación y la persona en la que más pienso es mi pareja. Tiene esto algo de egoísta, de Mi Pequeño Gran Ombligo alrededor del cual gira el mundo, lo sé ¿y qué?

Esto que acabo de exponer no quiere decir, necesariamente, que piense en ella específicamente, si no que la mayoría de las cosas que pienso están relacionadas directamente con mi relación.

Me asusta mi propia mente cuando se rebela, a pesar de mis esfuerzos por convencerla de que todo va bien. En algunas ocasiones la encuentro vagando por terrenos áridos, celosa como sólo ella sabe ser, haciéndome dudar de cada momento con esos argumentos tan sólidos que sólo ella sabe inventar. No me da razones de peso, ella incuba estos sentimientos y los deja eclosionar cuando me distraigo, cuando quiero pensar en cosas prácticas.

Creo saber qué es lo que ocurre.

Ni mi mente ni yo contábamos con tener una relación a largo plazo. No quiero que penséis que soy una persona controladora, os llevaría al engaño. Soy una persona extremadamente controladora. Y esto no estaba en la ecuación, como ya he dicho en otras ocasiones, por ser extremadamente bueno, por cumplir mis expectativas con un nivel de acierto que me asusta. Y es que sigo pensando que lo bueno asusta, me asusta. Me asusta lo nuevo, que difiere en muy poco de lo bueno (¡sólo dos consonantes!). Me asusta estabilizar ciertas parcelas de mi vida. ¿Cómo iba yo a pensar que me iba a salir todo tan redondo? Así que aquí me encuentro, sin planes de contingencia, lanzado al absurdo de la felicidad sin más ropas que las que llevaba puestas, sin mochila y sin arma para defenderme... pero claro, defenderme ¿de qué?

Todavía, a día de hoy, me cuesta comprender que la lucha se ha terminado, la guerra se acabó y el frente ya no es tal. Por eso a veces mi mente, estúpida y ridícula, sigue buscando nuevos conflictos, nuevos teatros donde desplegar su armamento, volver a ese combate diario donde tanto tiempo pasé, donde tan bien se halla. Esto es el sentimiento de pérdida del status quo, el mismo que te apuñala cuando tu relación se rompe, pero en un momento distinto.

Odio pensar.

jueves, marzo 18, 2010

Cursos

Llevo unos días realziando un curso de la CEU San Pablo, La interactividad en el aula: la web 2.0 y otros usos avanzados. Suena genial, ¿verdad? Suena tan bien como otros cursos que hay, homologados por el Ministerio de Educación y Ciencia, que a los opositores como yo nos dan créditos convertibles en fracciones de puntos en las susodichas oposiciones.

No puedo parar de pensar, desde que lo he comenzado, que estoy pagando por esos créditos. Supongo que si ya has hecho alguno de éstos sabrás de lo que hablo. Una transacción directa, yo te doy algo más de 100€ y tú me das algo más de 100 créditos (en mi caso, y según la última convocatoria, 0,5 puntos). ¿Por qué pienso así? Porque el contenido es risible. No digo que en concreto los cursos de la CEU sean malos, digo que en general, los cursos a los que tengo acceso no entrañan ninguna dificultad, ningún reto.

Es probable que esta sensación esté tan presente en mí porque el único curso atractivo que encontré lidiaba con temas que ya conocía de antemano (como qué es un teclado), pero quería algo más. Si tengo que enfrentarme a unas oposiciones que son meramente un ejercicio de memoria, en las que la valoración es tan subjetiva que la gente no se suele atrever a ponerse los piercings que lleva a diario, esconde sus tatuajes, en las que me puntuan de igual forma un curso que bien podría haber terminado en cinco horas de la misma forma que cinco años estudiando un idioma en la EOI al menos, y digo al menos, la formación previa que se exige para conseguir arañar esos pocos puntos que tanta diferencia pueden marcar (cuatro en total, cuatro sumados a tu calificación) podía tener alguna sustancia, ¿no?

Igual es que no he dejado de ser ese soñador que alucinaba con Freinet.

sábado, marzo 13, 2010

Slayers - Raining Blood



Trapped in purgatory
A lifeless object, alive
Awaiting reprisal
Death will be their acquittance

The sky is turning red
Return to power draws near
Fall into me, the sky's crimson tears
Abolish the rules made of stone

Pierced from below
Souls of my treacherous past
Betrayed by many
Now ornaments dripping above

Awaiting the hour of reprisal
Your time slips away

Raining blood
From a lacerated sky
Bleeding its horror
Creating my structure
Now I shall reign in blood!

martes, marzo 02, 2010

Un nuevo amanecer

Tras una serie de rocambolescas situaciones que pusieron patas arriba mi vida me encuentro metido de lleno en una relación a largo plazo.

¿Difícil de creer?

Dímelo a mí.

Si fuera de esos que se dejan llevar por las movidas new age te diría que los planetas se han alineado para que de una vez me vayan las cosas bien. Como no lo soy, te diré que me he currado hasta el último pixel de este jpg, que nada de lo que tengo ahora es fortuito. Mi trabajo me ha costado, como se suele decir.

Pero como siempre, hay variables. Hay ciertos valores que no puedes atribuir alegremente porque, simplemente, no dependen de ti. Así que imagina un modelo en el que todas las variables tuvieran el valor más adecuado para tu situación concreta. Ahí estoy yo.

En este momento comparto mi vida con una mujer sorprendente. Por vez primera me veo en una relación en la que no hay fecha de caducidad, junto a una persona con la que soy yo mismo, hasta el punto de hacer esas cosas tan íntimas que sólo haces en casa que ni bajo los efectos del alcohol me atrevía a hacer delante de mis más íntimos amigos (aunque bajo los efectos de muchísimo alcohol creo que alguna vez se me ha escapado en el New York).

Para muchas personas eso puede ser lo habitual, para otras algo tan escaso como la nieve en Málaga. Para mí en concreto (que a fin de cuentas es quien más me importa) era inconcebible y se ha convertido en mi día a día.

Desprenderme del miedo a dejar o que me dejen o vivir el presente sin pensar mucho en el pasado han sido elementos clave en esta situación, tanto como liberarme de las cargas que llevaba conmigo y que ya no eran importantes, olvidarme de cómo era para centrarme en ser y un sin fin de cambios que se suceden sin parar en mi interior.

No consigo recordar un momento de mi existencia en el que haya estado tan feliz de ser yo mismo, en el que eso me haya traido tantas recompensas.

Sé porqué es así.

Podría haber empezado por aquí y haber resumido toda esta entrada en esta frase.

Soy feliz.

Me retracto

Así es, me retracto de la antepenúltima entrada.

¿Por qué?

Te podría decir que porque me da la real gana, pero como eres un fiel lector pues te condeceré una breve pero concisa explicación.

Tenía en mente varias recensiones sobre algunas películas, series de televisión, ciertos libros y más de un albúm de música, pero no terminan de cuajar (una de ellas está en los borradores y no me atrevo a borrarla aún). Así que sigo por donde iba.

Si mi vida no te parece interesante... pues ya sabes, no sigas leyendo.

Fácil, ¿verdad?