Monochrome Life

Es jueves, mediodía, estoy en casa escuchando a Yann Tiersen y ese triste acordeón que acompaña tantas de sus canciones...

No es difícil ponerse meláncolico con este ambiente. Quizás, parafraseando a John Cusack en Alta Fidelidad, estoy triste porque escucho esta música y no al contrario.

Estos días han sido un ir y venir de novedades, gente nueva, sitios nuevos, todo lo que se le puede pedir al verano que ha comenzado; aunque también ha traido nuevos problemas, peores y más difíciles de resolver que los anteriores... He tomado algunas decisiones poco acertadas, quizás porque, a pesar de que nunca antes lo he hecho, me he dejado llevar en cierto modo por los consejos (bienintencionados) de otras personas, personas que en el fondo no me conocen hasta el punto de poder imaginarse qué pasa por mi cabeza, así que he seguido una intuición que no era la mía, con un estilo que no era el mío, con una actitud que no era la mía... Ahora siento como si me hubiera traicionado a mí mismo, maior maiesta. A pesar de lo que parezca, he de decir que los consejos eran realmente prácticos, y que, con cualquier otra persona hubieran funcionado... pero no conmigo.

Sigo sintiendo que estoy hecho de una pasta diferente, no mejor ni peor, sino... de otro color, quizás un tono más gris que el resto, más oscuro... Por eso me cuesta tanto comprender a cierto tipo de personas, mucho más banales y hedonistas de lo que yo seré nunca.

Queda la posibilidad de que esto sólo sea una disgresión provocada por el calor y los últimos acontecimientos acaecidos, no soy tan voluble, pero es una posibilidad.