Round One

Después de varios "incidentes" llego al trabajo dos minutos antes de la hora acordada. Dan las ocho. Patri, inesperada para mí, aparece cinco minutos más tarde. No debería estar allí, era su día libre, pero Santi la llamó y ella vino. Horas más tarde agradeceré ese pequeño sacrificio por su parte.

Con cara de haberse levantado hace diez minutos Patri empieza a secar cubiertos, voy poniendo la música, ordenando las sillas, relleno una de las primeras neveras de feria (cartojal y litronas) repasando mesas, ninguno tenemos mucha de idea de qué es lo que se avecina.

Rafa me llama, nos vamos al almacén y empiezo a reordenar todas las cajas para ir dejando espacio libre. En pocos días, con el advenimiento de la feria se había convertido en poco más que una misión imposible encontrar algo rápidamente dentro de aquel caos. Media hora más tarde todo empieza tomar forma, sentido y razón... los botellines de coca cola se alzan en rebelión y... ups, sorry, se me ha ido. ^^

Santi me llama a gritos, son las nueve y allí fuera ha estallado la guerra. Decenas de personas se amontonan buscando algo con lo que refrescarse. En la cocina Tamara y Maren trabajan al 100% haciendo lo posible por sacar toda la comida lo más rápido posible, Rafa organiza los pedidos en el tablón, Patri no para de correr de mesa en mesa, yo vuelvo a tener mis conversaciones de diez minutos con el grifo de cerveza, con las botellas de vino...

A las once y media nadie parece querer irse a ver los fuegos, aquello sigue llenándose. Patri, cansada, empieza a desfallecer. Esto no es más que el principio.

La clientela empieza a notar los efectos del tinto de verano:

- ¿Qué es una malagueña? - El femenino del malagueño.
- ¿Me puedes traer unos cubiertos? (Lo miro fijamente a los ojos) Bueno, déjalo, me comeré los nachos con las manos...

Peleas con los precios, clientas venidas a más que te piden la factura detallada de los cuatro bocadillitos y la ensalada que se han comido, quejas porque el hielo está muy frío o las tapas (que son gratuitas) no salen en cuanto las piden. Lo normal para gente que piensa que sólo los estás atendiendo a ellos. Entre broma y broma le pido a un cliente el DNI para comprobar si le puedo servir su tercer tinto de verano por cuestiones de mayoría de edad...

Con las bromas habitulaes del Alikindoi el nivel de presión va bajando. Edu, Samu y Pav se pasan a saludar, me dan una alegría tremenda mientras que la mesa a la que atendía me mira con odio por dejarlos con la palabra en la boca para darles sendos abrazos a los tres (con la equipación oficial de Demarraje). A las una y pico aparecen dos clientas inesperadas... mi madre y mi hermana.

- ¿Saldrás pronto? - Sí, no creo que esto se alargue mucho...

A las cuatro y cuarto de la mañana cerramos el bar, después de haber sacado fuera dos neveras más, haberlas recargado y haber dejado el bar listo para el primer día fuerte de feria. Cansados, pero contentos nos vamos a casa.

Tengo un mensaje delicioso en el móvil, una llamada perdida. Hoy no tendré tiempo de escuchar su voz, mañana seguro que sí...

Feria acaba de empezar. Vietnam no fue nada, allí no había niñas pequeñas que se orinaban en el rincón del bar (al menos sabías a quién disparar y a quién no)... el domingo habrá más, y el resto de la semana también. ¿Serán muy diferentes los días? Espero que no, ¡en el fondo me lo pasé genial!

The Prodigy - Out of Space