Como ya me comprometí en la entrada anterior, voy a hablar de Irlanda. Para empezar no puedo hacerlo sin empezar por lo que fue el "cebo" inicial... el cine.
Hay muchas películas que hablan sobre Irlanda, otras tantas que hablan sobre irlandeses; hay muchas películas que hablan sobre Dublín y sus habitantes, pero para mí no hay un lugar que, a través de la pantalla de mi televisor, me haya enganchado más que Barrytown.
Este barrio obrero de Dublín es el centro de la adaptación fílmica de las novelas de Roddy Doyle The Commitments, The Snapper y The Van, o como son llamadas en su conjunto The Barrytown Trilogy. La primera la reconoceréis ya que llegó a nuestro país con su título original. Dirigida por Alan Parker nos contaba la historia de un grupo de soul en este pequeño barrio. Años más tarde Stephen Frears llevaría al cine la segunda de estas novelas, y una de las películas que más me gustan (visión obligada cuando ando depresivo), que en España nos llegó como Café Irlandés. En este film veíamos los problemas de la misma familia que en la anterior cuando su hija mayor queda embarazada sin saber quién es el padre... no es ningún dramón para los que estéis refunfuñando. De muestra, un botón:
- ¿Por qué has metido los dedos en el enchufe?
- Mmm... ¿porque cabían?
La tercera parte de la saga en español se llamó La camioneta (un título que seguramente arrasó en su día en las salas de cine) y fue también dirigida por el tipo con amistades peligrosas. Aún no la he visto, pero está ya en mi lista particular.
Muchos pensaréis ¿esta te parece una buena razón para querer ir a Dublín? Ya sabéis cuál será mi respuesta: ¡Pues claro que sí!
Os dejo con una de las canciones más preciosas que he encontrado en ninguna peli, con ella acaban tanto Una maravilla con clase de mi adorado John Hughes como Café Irlandés. ¡Disfrutadla!
Ok, me parecen estupendas razones para ir a Dublín. Yo también hago cosas así: mi obsesión con Parí comenzó después de leer Rayuela.
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