En los confines de los Esciápodas hay un pantano donde evoca los espíritus el desaseado Sócrates; allá fue también Pisandro, pidiendo ver su alma, que le había abandonado en vida; traía un camello por víctima en vez de un cordero, y cuando lo degolló, dio un paso atrás como Ulises; después, Querofón el murciélago, subió del Orco para beber la sangre.
Las Aves -Aristófanes
¿Te ha abandonado también tu alma en vida? poético fragmento, bonito y evocador.
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