lunes, octubre 05, 2009

Seis grados de terror

Siempre he pensado que el mundo se convirtió en un lugar mucho más pequeño desde que la red entró en nuestras casas, que al reducirse el mundo se reduce por extensión nuestra ciudad y con esto nuestro núcleo más inmediato. La cosa es que, no sé si el destino, la mano de Dios, Crom, la Niña de la Puebla o algún otro ente de poderes cósmicos mete baza para que, además, las coincidencias sean terriblemente retorcidas.

Periódicamente busco en Facebook a alguien, algún amigo, compañero de clase, lo que sea, siempre que recuerde el nombre y los apellidos, claro, y me deleito en ver fotos actuales de personas que no veo desde hace más de quince. Esto ya de por sí es entretenido, pero la gracia llega cuando ves los amigos del susodicho. ¿De qué conoce Juanito a Menganito? Pero si yo conocí a Menganito de rebote y unblateladelargo. Así que eso de los seis grados de separación se convierte en una entidad tangible y amenazante. Amenazante en parte porque siempre me ha gustado mantener en compartimentos estancos ciertos aspectos de mi vida, ronda mucha gente por ahí que cree conocerme, pero luego hay unos pocos que dudan, son éstos los que están más cerca de la verdad. Con lo cual el puñetero FB sigue dándome sorpresas a veces buenas, a veces completamente desagradables.

Es como ir a una macrofiesta a la que pueden asistir todas las personas que alguna vez has conocido sin saber cuáles van a estar y cuáles no. Que sí, que yo también me he llevado muchas alegrías al encontrar a algunos elementos en FB, pero me fastidia no tener control sobre todo esto. Supongo que el consejo sería "no vayas a la fiesta/borra tu perfil del FB", pero sinceramente ¿tú te lo perderías? Yo no. Añade que sufro de pequeñas "borracheras" en esta fiesta, y me da por enviar peticiones de amistad a personas que añoro, que hace tiempo están fuera de mi vida, pero que de algún modo me gustaría tener más cerca. Luego se me pasan, me doy cuenta de la estupidez (la inmensa mayoría de estas peticiones no llevan a ninguna parte) y suelo cancelar la petición.

Debería repasar más a fondo la cuestión del FB y sus repercusiones. Quizás en otra entrada, otro día.

3 comentarios:

  1. yo opino que este planteamiento es valido mas haya del FB y de la propia red. Y que la perdida del anonimato de forma voluntaria en la red es un paso logico y necesario al igual que el derecho a la intimidad en la misma.

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  2. Para mí el anonimato es bastante aburrido, pero la primera vez que me registré en el FB me dio un mal rollo impresionante porque en dos segundos tenía mensajes de personas que conocía, así que cancelé la cuenta. Luego la volví a abrir: La masa nos dirige.

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  3. La verdad es que es una neura, ¿sabes que FB mantiene tu perfil meses después de que hayas muerto?

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