domingo, diciembre 27, 2009

Fiestas de guardar (cervezas en los bolsillos)

Poco a poco voy dejando atrás la extenuante carga que han supuesto las últimas fiestas, el resfriado y sus múltiples consecuencias empiezan a desaparecer dejándome algo de tiempo para coger aire y zambullirme en la última semana de locura.

Desde el día del primer aniversario del New York ya la cosa apuntaba bien, el viernes dieciocho ya estábamos cantando eso de "esta noche es Nochebuena..." entre otras cosas que prefiero ni recordar. En una conversación profunda y filosófica sobre los mejillones y las conchas finas descubrí en Laura a una tipa con la que pasarlo genial ("¿y los ochenta kilos que a ti te sobran?"), Marta y Marcos, a los cuales yo no conocía más que por algunas fotos y los M&M's contribuyeron a que la fiesta fuera inolvidable, una razón muy importante es que Marta, además de hacer infinidad de fotos, se las apañaba para meter la cabeza (literalmente) en todas las fotos. Luchy y mi hermana sí que aguantaron como unas campeonas hasta el final, pero es que la primera se entrenó en los mismos gimnasios bares que yo y a la otra no le quedaba más remedio que esperar a que yo decidiera partir. El fin de semana no es que decayera mucho, pero desde el veintidos la cosa fue sólo para arriba.

El martes me paso, como es habitual, por el Whiskers a tomar esas birras tan baratas ver a Luchy y a Isa, o eso creía yo, cuando me reencontré con Patri (de aquellos días de vino y rosas) y conocí a Elena Valencia por la verbigracia de Juampe. Para no variar, Jorge nos tuvo que echar a patadas del bar y así, acordando vernos en esta semana que entra, nos despedimos, suponiendo (erróneamente) en mi caso, que no saldría más hasta la noche del veinticuatro. Al día siguiente acordé encontrarme con mi Inmi (tan fina ella, tan señorial) para arreglar cierto problema con Tele2, ¿quedamos en una cafetería tranquila? ¿en el Margarita? noooo, ¡por favor! Volvemos a picar en el New York y resulta que se ha montado una mini fiesta pre-nochebuena (esto era nuevo hasta para mí), una fiesta en la que nos tuvieron que llamar la atención, porque allí sonó Camarón, Bola de Dragón, Boney M, Poncho-K y el Sabina (que parece que tocó el mismo martes por estos lares pero nadie dice ni mú, tan bien no estaría) todo interpretado por el Coro de Fiestas y Desfases del New York o NYSPC en sus siglas anglosajonas. El remate fue la conversación con Alma sobre fobias, agujas y demás.

Nochebuena fue otro tanto. Muy señoriá, eso sí, porque como dice mi buen amigo Antonio, nosotroh somoh señoré. Vaya si lo fuimos, en el O'briens a golpe de pintas es difícil no salir hecho un señor (o al menos con más culturilla musical).

Añadid que terminamos al salir el sol, que en la noche de Navidad fue cuando ví a Dani y Delicado para tomar esa copita (léase Aquarius de limón) por las fiestas y hablar de temas más serios. Que el sábado tenía partida de GURPS Traveller (sí, cambié de sistema) y que ayer tuve, como ya he dicho, una noche de insomnio muy desagradable...

¿No es maravilloso que aún me queden fuerzas para quedar hoy con Vane, Mª Jesús y su amiga canadiense? Todo esto sin más drogas que las canciones de los Beatles, Kevin Ayers y demás... Mañana toca resolver el asunto de Inmi de verdad, el martes... el martes me da miedo, mucho miedo, porque el miércoles le restregaré a esta vida que le he vuelto a ganar un año más, que sigo jugando esta partida que sólo perderé una vez, pero en la que pienso triunfar mientras tanto.

No me olvido del jueves. Pero eso será otra historia que os contaré, con total certeza, el año que viene.

No hay comentarios:

Publicar un comentario