Ya es hoy

Después de conseguir sacar (de oído, lo juro) el tema de Vega (Balrog para los japos) del SF2 con la guitarra (algo que no tiene mucho mérito porque es jugar con la escala mayor de Do con la fundamental en el octavo traste de la sexta) me dedico a pensar si salir o no por la noche. Este proceso que para muchos es cuasi-instantáneo, a mí me suele llevar entre 0 y 30 minutos, dependiendo de muchos factores. Estar rabiando porque la última vez que salí el Sin Perdón era el lugar de moda (Yo, producto andaluz) fue un factor decisivo... eso y que el Barbas también saliera.

Como ya no me quedaba nada por hacer a las diez y media de la noche, y tocar con la eléctrica a esa hora provoca algo más que insultos entre mis estimados vecinos, decido bloggear un rato por ahí a ver qué encuentro. Llego al blog de Mamen y, como más tarde corroboró el forense, arriesgando gravemente mi vida copio y pincho el link sobre la frikipedia... Como muchos sabéis, no hace tanto que tengo internet, así que aún estoy en fase de trial and error. Lo de ayer fue un error total. Os conmino a que cometáis vosotros también tal error, pero no seáis como yo y tened algo a mano para el momento en que vuestra mandíbula se desencaje (por cierto, duele bastante). Así que, para variar, llego tarde.

Son ya casi las doce y me reuno con Mr. Whiskers y Karz en el lugar de siempre. Vamos al centro y, tras evitar como alma que lleva al diablo, a los tipos esos de la macro-partida en vivo que había ayer, llegamos, por decisión mayoritaria del Karz, a la Guarida.

Descubrimos el placer que se siente al sacarle una cabeza a prácticamente todo bicho viviente y cuán egomaníacas pueden ser las miradas de: chaval, te saco lo menos diez años.

Aquí comenzaron una serie de confusiones que se repetirían a lo largo de la noche. Juanca insistía en que "Ya es hoy" y mientras Jose nos amargaba deleitaba con el mundo de los tipos-cachas-no-esteroidizados-que-levantan-160-kg-5-veces. Lian nos invitó a un chupito, con alcohol, obviamente, el cual tuve que rechazar ante la sorprendida mirada de éste.

Después de desvariar mucho (muchísimo) y encontrarnos con Esther y su prima, nos dirigimos al Filo, porque nos gusta cambiar de aires a veces y entrar en locales donde no hayamos estado antes... por eso vamos a veces, sólo a veces, al Nyx, Filo, Traffic, Zeppelin, Spectra... para cambiar de aires.

En el Filo la cosa va a más. Barbas ha entrado en una espiral de decadencia digna de los Harkonnen, las joyas de la corona británica se escapan y aparecen por allí (léase Mamen y Almo). Con esto descubrimos y corroboramos, que a la psicóloga soltera le queda poco como psicóloga ya que ha descubierto su verdadera vocación, pronto verán sus carteles por todas las paredes... y en algo más de tiempo también en los de otras casas. Deberíais comprobarlo vosotros mismos. Resultó que la Infanta Terrible, no era tan terrible y que por mí podrían cambiar la ley sálica y que dejara de ser infanta. Aunque, ahora que lo pienso, uno nunca lo sabe, siempre podría ser un apodo que ocultara a la Princesa Prometida...

Cuando estas dos maravillas de calle Peña emigraron a otros lugares aparecieron Edu, Pav, Lucía e Inma (creo, si me equivoco en los nombres no me lo tengáis en cuenta). Justo en ese momento Edu, en un alarde de golpe kármico, le soltó a Karz, que ya se iba, la misma parrafada que éste le soltó horas antes a Esther en la Guarida, genial señores, genial. Así que nos quedamos sin chupachus inflamables pero los cambiamos por el siempre agitado señor Pav, I'm-not-Jesuschrist Edu y la compañía femenina, siendo una de éstas parte integrante de la segunda parte sin serlo del todo por cuestiones de física y espacio de los cuerpos, a la vez que sus relaciones filiales con Guille le hacían entrar por la puerta grande.

Después de que en el Filo nos explicaran la imporancia del Carpe Diem (vive la vida y disfruta el momento porque te voy a cortar la canción cuando me dé la gana), Jose y yo huímos al Traffic. Mr. Whiskers llevaba un nivel muy bajo de sangre en el alcohol y, para que negarlo, me tenía preocupado. Nada que temer. Al llegar al lugar tardó casi cinco minutos en pedirse una birra, sabía que él sí podía controlarlo. Alfonso, en otro alarde de amabilidad invitó (como viene siendo costumbre cuando estamos allí los fijos) a una ronda de chupitos a toda la barra... pero claro, se repitió la misma escena que en la Guarida. No bebo alcohol, tío, pero gracias, respuesta de Alfonso, me planta un chupito de licor de mora, que justo antes de beber me quita por tener un 18%... mierda. Al final, y por cortesía de la casa (por tercera vez), brindé con un estupendo chupito de licor de manzana sin alcohol. La cosa a partir de ahí varió poco. Llegaron los chicos del Filo, el Barbas (en un increíble estado metabólico en el cual su alcohol había desterrado todo rastro de sangre para cambiarlo por testosterona en estado puro) decidió llegar a la Spectra y yo me rendí ante el cansancio, volví a casa, me acosté y para colmo me he levantado con dolor de cabeza... ¡y es que olvidé que la coca-cola me da resaca!

Por cierto, el Velvet es un lugar raro.

Cuarteto de Nos - Ya no sé qué hacer conmigo