Debates de ambulatorio

Esta mañana me he pasado una hora y media esperando para entrar a la consulta del médico. Al margen de que la gente piense que las estancias del ambulatorio deben estar insonorizadas y que, por tanto, pueden gritar cuanto quieran, ha habido varias conversaciones simpáticas. Desde graciosos comentarios al respecto de la hora que cada uno tenía la cita, del orden y cosas así, han hablado de las inmobiliarias, de las hipotecas, de los alquileres y de que los inmigrantes nos están quitando el trabajo y pervirtiendo a la sociedad. Cuando dentro de varios años sea gracia a los inmigrantes que se puedan pagar las pensiones para los que ahora se quejan tanto veremos quién se ríe de quién. La cosa es que, como no podía apenas hablar, me mantuve al margen durante todas y cada una de las conversaciones (sí Robe, sí, le podías haber dicho "tal", y si te dice que "bla" tú le sueltas que "bla, bla") para mi pesar pero con la garganta tan mal no me atreví a desafiar a algunos de los especímenes más rudimentarios de persona que pululaban por allí.
Minutos antes de que fuera mi turno viene una chica, rubia, un par de centímetros más baja que yo, bastante atractiva, con aire de despistada. Sé que no se ha despistado, la he tratado lo suficiente como para saber que es alguien que siempre tiene la cabeza sobre los hombros.
Ana Vanessa era, en mi pequeño colegio de una línea, la niña más guapa de la clase, la que sacaba las mejores notas y la única que se llevaba de verdad bien con todo el mundo, mi pequeña dosis se mostraba en forma de beso cuando, para molestia de otras, yo jugaba al "Conejo de la Suerte". Supongo que por aquella época eso era lo más rebelde que se podía ser, besarme a mí en lugar de a cualquier otro chico de la clase (no, no era muy mono de pequeño, pero eso lo vereis en unos días).
La última vez que la ví estaba terminando psicología, ¿qué ha hecho entonces con su vida la niña 10 del colegio? Pues resulta que trabaja en la policía local... Creo que ya puedo dejar el tema, ¿verdad?

En otro orden de cosas, decidido por fin a dejar de fumar para salud mía y del grupo (vaya cantante que estaba hecho con la voz tan rota...) he pedido cita con la trabajadora social, y me han pasado entre otros, el test de Fagerström que aquí os dejo, si la puntuación supera el 6 es que teneis una dependencia alta a la nicotina...

1. ¿Cuánto tarda, después de levantarse, en fumar el primer cigarrillo?
* Menos de 3 minutos (3)
* Entre 6 y 30 minutos (2)
* Entre 31 y 60 minutos (1)
* Más de 60 minutos (0)

2. ¿Encuentra difícil abstenerse de fumar en sitios donde está prohibido, tales como iglesias, bibliotecas, cines, etc.?
* Sí (1)
* No (0)

3. ¿A qué cigarrillo odiaría más renunciar?
* Al primero de la mañana (1)
* A cualquier otro (0)

4. ¿Cuántos cigarrillos fuma al día?
* 10 o menos (0)
* 11 - 20 cig/día (1)
* 21 - 30 cig/día (2)
* 31 ó más (3)

5. ¿Fuma más a menudo durante las primeras horas después de levantarse que durante el resto del día?
* Sí (1)
* No (0)

6. ¿Fuma cuando está tan enfermo que pasa en la cama la mayor parte del día?
* Sí (1)
* No (0)

Mis respuestas: c, b, b, b, b y b, lo cual me da una puntuación de 2, lo que, tal y como yo lo veo, no me va a hacer más sencillo dejar de fumar...


Joaquín Sabina - El blues de lo que pasa en mi escalera