sábado, abril 05, 2008

No quiero dormir sólo

Hay días en los que me levanto con una sensación extraña, la intuición de que todo me va salir bien. Obviamente, esto no es así, hay cosas que sí saldrán bien y otras que saldrán irremisiblemente mal. Muchos podrían adjudicar este sentimiento al positivismo, pero yo sé que es algo totalmente distinto.
Después de haber tenido una mañana estupenda he recogido los bártulos, me he dado una ducha rápida, he bajado al portal y con los colegas de siempre me he ido a dirigir la que posiblemente haya sido una de mis mejores sesiones en mucho tiempo. Mucha tensión, pánico, hazañas heróicas, sucesos sobrenaturales y una intriga que se va resolviendo poco a poco es lo que he ofrecido durante cinco horas a mis jugadores. Y ellos también me han dado mucho.
En conversaciones sobre "¿en qué momento cumples los 18 años y creces?" alguien tuvo la genial idea de decir "cuando tu padre te pega una ostia en la cara y te quita las tonterías... aunque eso suele suceder antes" y Karz no tuvo otra que saltar con un "¡pues a mí me la dió tu padre!" dirigiéndose a Iñaki, ser que muchos no conoceis pero que tiene un temperamento que ya lo querría Massiel. Ante la evidencia de los hechos (esto es, la magnitud del corte que le habían dado), éste no pudo hacer otra cosa que reírse como un loco, ante lo que me dije "esto va a salir redondo". El resto de la sesión ya os la cuento otro día, pero nunca nadie se había reído tanto viendo como morían 250 goblins.
A las diez tocaba correr (con el vino y el cassette...) a casa, cenar y salir disparados pero aún así tuve tiempo para comprobar que las conversaciones por el messenger sobre ciertos temas son insostenibles, pero que el teléfono no ayuda mucho tampoco. Tras declararme en pleno ataque de misoginia fui hasta el sitio de siempre, con la mitad de los de la partida y la mitad de los que no veía hacía tiempo. ¿El objetivo? Un botellón en el paseo de los curas (tiene guasa, ¿verdad?) donde nos reímos, nos echamos fotos, echamos fotos a mujeres que no conocíamos, nos grabamos en vídeo, grabamos en vídeo a... vamos, que nos lo pasamos genial. En un intento de experimentar nos dirigimos al Attica y allí experimentamos como es la vida de una sardina enlatada. Tras varios segundos de agonía nos autorrescatamos y nos fuimos al sempiterno Traffic donde cayó la ronda de costumbre y Pablo (spaceballs) estuvo a punto de meter la patita hasta el hombro. De allí al cajero de Unicaja, más bien, a liarla al cajero de Unicaja donde un grupo de mujeres nos observaban con tanto asombro como desconcierto y repugnancia (si es que somos de lo "más fino" cuando queremos) y en un momento entrábamos en el Fraggle Rock. Allí, para mi gusto, la cosa empezó a decaer, mucha música de los 80 y 90 pero no había ganas de bailar por parte del personal. Unas niñas con más ego que Prince el día de su cumpleaños nos entretuvieron un rato pero poco más (que yo sepa). Ahí decidí partir.
Sólo, con mi música volví a casa.
Lo que saqué en claro me ha dejado, por una vez, completamente fuera de lugar. Creo que he conocido a alguien que me entiende... que me entiende de verdad. Esto quiere decir que no tengo que soltarle un párrafo de ocho líneas explicándole lo que quiero decir, que puedo contarle lo que quiera sin preguntarme cómo lo entederá porque sé que lo entenderá tal y como yo lo estoy pensando. Después de que tantísima gente no se haya cortado en lo más mínimo para recordarme constantemente lo raro que soy, cuán difícil de entender soy y lo complicado que es a veces (las más veces) tratar conmigo... supongo que os podeis imaginar cuánto supone para mí.
¿Por qué no digo el nombre?
Porque así soy yo, no me da la gana de decir si es hombre o mujer, de qué conozco a esa persona, quién nos presentó y si la veo a menudo o no. Es una persona, hasta donde yo sé y puedo imaginar (aquí entran en juego mis poderes como Lasombra), estupenda y con un gran corazón y si muchos supiesen su nombre mañana tendría el messenger saturado de conversaciones. Algunos llevan días pinchándome (Barbas, ya te vale) pero como no bebo ahora no hay forma de pillarme borracho y con ganas de soltarlo todo. Así que, como un niño con su juguete preferido, me niego a compartir esto con nadie.
¿Sigues pensando que no soy raro? Lee entre las líneas que hay entre líneas.

Joaquín Sabina - Eclipse de mar


Buenas noches.

4 comentarios:

  1. Mira que estás suavón ultimamente... Pues si, te decimos que eres raro y si no te lo recordáramos de vez y te dejásemos crecer en modo silvestre, aún serías más raro, somos la tabla de salvación de tu cordura. :P


    Whatever...

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  2. ¡Pero si dormir sólo es lo mejor! Sin ronquidos, sin patadas, toda la cama para ti solito... Lo malo es que los que duermen acompañados se lo pasan mejor antes de dormirse y al despertarse...

    Fuera de cachondeo, me alegro que hayas encontrado a alguien así.

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  3. Somos del club de los raros, pero bien, él que te quiere, te quiere no más.

    POr estos días también he encontrado a alguien, con quien no me tengo que esforzar, deja fluir mi "locura".

    Saludos, gracias por pasar a mi casa,volveré a visitarte.

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  4. Pues sí que está suavon el tío.

    A ver pa cuando sacan los "Robe sin azucar" porque si no, cada vez va a ser más dificil colar un chiste entre estos comentarios...

    PD.: Tranki que toavía tengo repertorio pa unos pocos más ;)

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